Wednesday, February 08, 2006

"Hola, soy el Zaragoza y soy mejor que tú"

Francisco Souki.

El Zaragoza no es la “bestia negra” de nadie, es mucho más que eso. Es un equipo que está atravesando un gran momento y que ayer jugó un partido “prácticamente perfecto”, que tendrá muchas repercusiones en todas partes del mundo, empezando por los fanáticos del Madrid y terminando en la cabeza de José Pékerman. Un partido que deja muchas cosas al descubierto y que pone a todos los aficionados del fútbol a sacar cuentas y modificar plantillas en sus cabezas.

Cuarteto de Militos.

Empecemos hablando del Zaragoza. Dice ya Martí Perarnau en su blog que Cani, Diego Milito y Ewerthon deberían entrar de cabeza en el Mundial. Aunque debo admitir que esta afirmación me parece un poco apresurada (o quizá “tempranera” sea una mejor descripción), hay que reconocer que este trío de jugadores se las trae.

Cani es un jugador joven que se perfila como un auténtico genio, aunque todavía le falta convencernos de que se puede mantener donde está. Es un nombre que empieza a sonar en un momento en el que toda España (y todo el resto del mundo) están con la mente fija en la consecución del equipo mundialista óptimo. Nadie quiere que se deje de convocar al Mundial al jugador que pudo haber marcado la diferencia y, como Cani está demostrando que puede marcar diferencias, se teme que quede por fuera. Ewerthon, por su parte, la tiene mucho más difícil por razones más que obvias. Mi opinión personal es que podría llegar a entrar en la convocatoria, pero ese hecho será probablemente muy poco trascendental. Aunque sería un sustituto de lujo, el éxito de su selección no dependerá de su rendimiento, ni mucho menos. Otra historia es la de Diego Milito, que de seguir jugando como lo está haciendo podría significar la aparición de ese “9” que tanto tiempo lleva buscando Argentina. Ya en este momento tiene credenciales para hacer la convocatoria, y sería una cuestión de mantener el nivel el que se le considerara en un hipotético once titular. De cualquier manera, el equipo titular de Argentina tiene miles de millones de formaciones posibles, con jugadores de calidad que dan sentido a cada una, por lo que sería absurdo pensar ahora en su posible titularidad. La lista de convocados de Argentina es una de las más difíciles de elaborar, pero Diego Milito no la tiene tan difícil, si es que no se descalabra.

Los tres mosqueteros.

Este es el trío de jugadores que ayer hizo trizas del sistema defensivo del Madrid, aunque ninguno hizo nada inesperado. El par de delanteros apeló a la velocidad, mientras que Cani apeló a la visión de juego y a la chispa, cualidades, las tres, que puedes ver venir pero no puedes hacer nada para detener. Si se suma a estas cualidades la seguridad de que se va a tener un gran día, una técnica perfecta y un toque de suerte (cualidades, estas, que demostró todo el equipo) y se tiene a un equipo ganador, que arrasará contigo con toda seguridad. A la mitad del primer tiempo la única incógnita que existía era por cuánto terminaría perdiendo el Madrid.

Pues sí, el Madrid. El Madrid llegaba a este juego escudado tras una estadística que siempre me pareció muy mentirosa: eran el mejor equipo de Europa en lo que iba de 2006. Énfasis en “eran”. A falta de partidos verdaderamente serios para demostrarlo, era una estadística que simbolizaba el rayo de luz que parecían estar viendo todos los madridistas... plantilla, cuerpo técnico y fanaticada por igual. El Madrid que jugó ayer es el mismo de 2005, no el supuesto mejor equipo de 2006, el Roberto Carlos que jugó ayer es el mismo que encajó el gol de caño a Carew en Champions y el Míchel que jugó ayer es el mismo del que yo llevo años tratando de demostrar que no puede ser el lateral titular de la selección. Debo decir que estuve cegado en cuanto a la supuestamente evidente caída de Helguera y que no veía venir lo de ayer, que fue verdaderamente lamentable. Y ¿Quién recordaba que Casillas podía llegar a encajar tantos goles?... yo no. El partido de ayer deja miles de dudas en las cabezas de todos, como ya dije. ¿Debe ser Míchel el lateral de la selección?. ¿Qué hace Gravesen en el Madrid?. ¿Por qué se trajo a Cassano?. ¿Se acuerdan cuando Ronaldo marcaba?. ¿Si el Zaragoza le hace 6 a Casillas, cuántos le puede hacer la selección de Brasil?.

Si el Madrid quiere mantener un poco el respeto, debe pasar las pruebas que le vienen: mantener un buen rumbo en la Liga, jugar un buen partido de vuelta en la Copa (clasificar es difícil, pero no deben echar la eliminatoria al caño) y ganar al Arsenal en Champions. Y ojo, que quien estaba tranquilo porque el Arsenal estaba tambaleando que ande y se mire en el espejo.

Friday, February 03, 2006

Extraño Relaño y los árbitros

Alexánder Fernández


Alfredo Relaño, además de ser uno de los ideólogos más importantes del madridismo, es un tipo que nos tiene acostumbrados a esas opiniones frías cuando todos estamos en caliente, y nos da alivios de objetividad cada vez que escribe en su diario, AS. Es un madridista objetivo al escribir, a diferencia, por ejemplo, de Tomás Guasch, quien es la quintaescencia del forofismo mediático. Alfredo Relaño es una importantísima razón para que AS sea, a todas luces, más interesante que Sport o Mundo Deportivo. En las salas de redacción de estos dos últimos, supongo que habrá entre diez y quince niños, todos con la franela de Ronaldinho, escribiendo lo primero que se les viene a la mente. Si alguien pretende algo más de estos diarios que ligera información, que lo olvide de una vez. Que se resigne a la total y absoluta ignorancia de más allá de sus mentes forofas. De verdad que no entiendo que ni siquiera por un instinto de supervivencia quieran distinguirse en opiniones de sus colegas ya sea en Barcelona o en Madrid. Es, realmente, una estupidez. Bien. AS se distingue ligeramente, como ya dije, de Sport y Mundo Deportivo, por gente como Alfredo Relaño; aquél que se puso del lado de los árbitros cuando todos lo odiaban, por decir una de las muchas opiniones controvertidas e inteligentes de Alfredo. Madridista y, por ende, un fascinado de la "monarquía" del fútbol (cuyo concepto de jugadores como mitología me repugna, y es característico del madridismo acérrimo, que no necesariamente reaccionario). En fin, gracias, Alfredo, por escribir un poco de verdad... Hasta ayer.

Ayer no pude creer lo que escribía Alfredo, y me sentí avergonzado y ofendido ¿Qué le pasa? ¿Por qué escribió eso? ¿Es estúpido? No. Es madridista. ¿Qué sé puede hacer? Yo sí creo que la forma de ser del madridismo fomenta la soberbia, definitivamente. Creo que va más allá de una cuestión de márketing. En el Madrid se mercadea la grandiosidad asumida del Real Madrid: El Real Madrid es el mejor club del mundo... punto. Pues bien, sí. Se fomenta la soberbia, pero no pasa nada. Uno es ser humano y te puedes dejar influir o no, de eso se trata. Pero creo que es buena parte de la idiosincracia del Real Madrid asegurarse de poder poner alguna vez sonrisita de Bogart viendo un partido del Barça. No es una crítica, es así, y ya. Yo no sé, pero me suena más a la idiosincracia del Barça gritar desaforadamente los goles del rival del Madrid. Es el mismo principio, pero la idiosincracia del Barça nos lleva a veces a concentrarnos más en el Madrid que en el Barça, pero eso ya es otra cosa. Alfredo escribe como un madridista "agudo" en un encuentro social con sus amiguetes horribles. Me siento traicionado por Alfredo, porque sobre todo en situaciones como esta, tan confusa, palabras meditadas como las de Alfredo hacían falta, y no la suerte de carta para Hugo Sánchez que escribió penosamente ayer. Aquí está el artículo.

El árbitro no puede ser tan malo

Antes de comenzar: sí, perdimos la eliminatoria en La Romareda. Nos faltó Puyol y mediocampo. Punto.

La falta a Ronaldinho no es roja nunca, pero eso ya lo sabemos todos. Éste artículo de Sport lo que da es asco, y hace lo que no tiene que hacer. Una noticia con la fuente de cualquier carajo que lee Sport. Una noticia en ningún momento fiable, y que pudieron perfectamente haber inventado la cuerda de ineptos descerebrados que trabajan en ese diario. Rodríguez Santiago, le doy el beneficio de la duda, no salió a perjudicar al Barcelona. Megía Dávila, idem, no salió a perjudicar al Valencia. De Rodríguez Santiago puedo recordar que muy madridista no es. Contra el Español hace ya 19 jornadas, le concedió un gol al equipo periquito después de haber pitado quién sabe qué otra cosa (fuera de juego, agarrón...). Para mí, simplemente es un inepto. Un árbitro debe entender que los flancos de forofismo siempre van a estar, y que los aficionados nunca nos vamos a contener un "hijo de puta" cuando yerre, y tiene que lidiar con eso. Y no debe perder los estribos. Yo creo que Rodríguez Santiago se volvió loco en el Barça - Zaragoza y no supo qué rayos hacer. Y no sé cuál es la solución. Quizá es que todos seamos más como Rijkaard, o como Lequi y Canobbio luego de que les preguntaran si el gol al Madrid en Balaídos había entrado o no, cuando respondieron que si el balón había entrado, todos nos equivocamos. Quizá deberíamos concentrarnos en tener mejores árbitros, quizá deberíamos unificar criterios de una puñetera vez, porque yo quiero que me digan si un agarrón dentro del área es penalti, díganme si van por la regla, o si la cambian, porque cada árbitro la pita como quiere. Y hagamos algo rápido, porque con árbitros así, alguien va a poner al torta en una final y todos van a explotar, y vamos a terminar como en el "Fútbol" americano: con más cámaras que aficionados, y con la total deshumanización del deporte, que incluye jugar con el árbitro. Lo que pasa es que el árbitro no puede ser tan malo. No puede serlo.

Wednesday, February 01, 2006

No sé qué decir.

Francisco Souki.

Vamos a empezar por aclarar tres cosas: que soy un fanático del Barça, que cuando el juego iba 0-0 y el estadio empezaba a corear el himno mi subconsciente empezó a maquinar una posible ida a Barcelona dentro de los próximos años porque es necesario para mí formar parte de eso algún día, y que el partido acaba de terminar. De todo esto, por supuesto que lo más importante es lo último, porque es lo que marca toda la tónica de lo que leen ahora.

El partido acaba de terminar y no sé qué decir. Lo primero que quiero decir es que si no fuera por la mano de Edmilson en el último minuto del partido pasado el Barça estaría en semis. Lo segundo que quiero decir es que el árbitro pitó 30 segundos antes de tiempo (y que alguien tenga los pantalones de decirle que treinta segundos no significan nada a una persona que creció queriendo al Bayern). Lo tercero que quiero decir es que los árbitros y Ronaldinho tienen una relación muy especial: algunos le pitan todo a favor, los otros lo odian y lo botan (¿Recuerdan el Brasil - Inglaterra en el Mundial?. Para los que no: Ronaldinho expulsado por roja directa por una plancha inexistente después de marcar un golazo de tiro libre). Lo cuarto que quiero decir es que Cocu acaba de marcar para el PSV en los cuartos de final de Copa Holandesa (en partido diferido, no sé cuándo fue) y no tengo idea de cómo me hace sentir eso. Y lo quinto que quiero decir es lo que más me preocupa... este artículo puede ser lo más parcializado que hayan leído en sus vidas.

A menos que lean Sport.

En este momento necesito desesperadamente de alguien objetivo que me haga reaccionar. Los símbolos regulares de la burla a la objetividad (léase los periódicos españoles) parecen estar de acuerdo en que el árbitro se equivocó en su decisión, aunque cada uno lo anuncia a su manera: Sport dice que el árbitro nos sacó de la copa, Marca decía que la tarjeta era dudosa en su avance de la noticia, pero en la noticia completa sólo anuncia que la roja marcó el partido y AS dice que la entrada era “merecedora de amarilla”. Como mi mente ya me obliga a rechazar cualquier tipo de opinión proveniente de estas fuentes (que para mí son solo de uso informativo) no hago sino clicar una y otra vez en el botón de refresh del blog de Martí, pero nada de nada: voy a tener que esperar un rato más mientras Martí maquina su noticia. Dada la ausencia de opiniones objetivas, tendré que desahogarme con ustedes.

Mi visión... mi confusa visión.

El partido que empezó en el minuto 0 se acabó en el momento que expulsaron a Ronaldinho. Los primeros minutos habían sido justamente lo esperado: el Barça venía con todo y era difícil que el Zaragoza se escapara. El Barça salió con el equipo perfecto y lo que íbamos a ver era un partido épico, un partido en el que el Barça se iba a comer seiscientos goles, pero igual iba a ganar 4 – 0, un partido en el que el Barça iba a demostrar a todos que sabía responder. La expulsión de Ronaldinho deja al equipo con diez jugadores y con una delantera desbalanceada, ya que no era fácil que alguien se lanzara por el medio pero tampoco se quería meter a Larsson (obviamente). De cualquier manera, Messi marca el 1 – 0 y empieza un partido nuevo, del que todos se preguntan si el Barça es capaz de ganar por dos goles con un jugador menos. A mí, personalmente, me parece que muy pocos equipos infunden auténtico terror estando dos goles por debajo y con uno menos. Peor aún si ese jugador menos es un jugador como Ronaldinho.

El segundo tiempo se perfilaba interesante. El Barça estaba sobre el campo sin Ronaldinho, Eto’o, Motta ni (disculpen por mencionarlo, pero no se puede olivdarlo) Xavi. AS dice “de triple corona, nada”, haciendo obvia referencia a que el Barça de principio de temporada tenía toda la pinta de que iba a ganarlo todo, pero el Barça que quedó sobre el terreno era el que las lesiones, los árbitros y los torneos mal planeados habían dejado sobrevivir. Ya quiero yo ver a algún equipo de Europa ganar 2-1 con uno menos con ese tipo de bajas. Señores, recuerden que estamos hablando del mejor jugador del mundo según los periodistas, los jugadores y los entrenadores, del mejor delantero del mundo según toda la gente con algo de sentido común y del mejor jugador español según Francisco Souki, y el que opine lo contrario que haga el ridículo argumentándolo. Aún así, el Zaragoza estaba en serio peligro de quedar fuera... ¿Qué tal?. De cualquier manera, el Zaragoza, que desde el minuto 1 le plantó cara al Barcelona, entendió que esta era la mejor oportunidad que iban a tener de sentenciarlo todo, y cumplieron. Oscar sacó un golazo de la nada y de repente el Barça chocó con un muro. La posesión de balón bajó de 70% a 62% a favor del Barça en unos diez o quince minutos (recuerden que esos números son con un hombre menos) y el Barça se perdió en un limbo momentáneo. El intento de revulsivo vino en forma de Larsson y de Van Bommel, pero los últimos minutos no fueron más que un despelote en el que nadie estaba muy seguro de qué estaba pasando. El 2 – 1 vino en el segundo minuto de descuento, y todavía se podía soñar: quedaba un minuto y medio para intentar el empate. Se perdió un minuto entre balones perdidos y posesión del Zaragoza y, cuando faltaban treinta segundos... el árbitro pitó. “¡¿Verdad que sería finísimo clasificar con un gol en el útlimo minuto?!... bueno, no me da la gana” dijo el árbitro y así fue. Aplausos para todos y marcadores idénticos a los de la eliminatoria pasada con el Chelsea.

No sé si el Barça hizo buen juego o mal juego, en parte porque el que jugó no fue el Barça y en parte porque estoy demasiado picado para decirlo. De cualquier manera, quiero que nos toque el Zaragoza en la Copa del año que viene, así como quise que me tocara el Chelsea este año.

Ah, y ya no estamos en las tres competencias, aunque el Madrid sí... ¡¿Qué problema no?!.

Por cierto, Cocu acaba de marcar de nuevo... ¡De chilena!.