No sé qué decir.
Francisco Souki.Vamos a empezar por aclarar tres cosas: que soy un fanático del Barça, que cuando el juego iba 0-0 y el estadio empezaba a corear el himno mi subconsciente empezó a maquinar una posible ida a Barcelona dentro de los próximos años porque es necesario para mí formar parte de eso algún día, y que el partido acaba de terminar. De todo esto, por supuesto que lo más importante es lo último, porque es lo que marca toda la tónica de lo que leen ahora.
El partido acaba de terminar y no sé qué decir. Lo primero que quiero decir es que si no fuera por la mano de Edmilson en el último minuto del partido pasado el Barça estaría en semis. Lo segundo que quiero decir es que el árbitro pitó 30 segundos antes de tiempo (y que alguien tenga los pantalones de decirle que treinta segundos no significan nada a una persona que creció queriendo al Bayern). Lo tercero que quiero decir es que los árbitros y Ronaldinho tienen una relación muy especial: algunos le pitan todo a favor, los otros lo odian y lo botan (¿Recuerdan el Brasil - Inglaterra en el Mundial?. Para los que no: Ronaldinho expulsado por roja directa por una plancha inexistente después de marcar un golazo de tiro libre). Lo cuarto que quiero decir es que Cocu acaba de marcar para el PSV en los cuartos de final de Copa Holandesa (en partido diferido, no sé cuándo fue) y no tengo idea de cómo me hace sentir eso. Y lo quinto que quiero decir es lo que más me preocupa... este artículo puede ser lo más parcializado que hayan leído en sus vidas.
A menos que lean Sport.
En este momento necesito desesperadamente de alguien objetivo que me haga reaccionar. Los símbolos regulares de la burla a la objetividad (léase los periódicos españoles) parecen estar de acuerdo en que el árbitro se equivocó en su decisión, aunque cada uno lo anuncia a su manera: Sport dice que el árbitro nos sacó de la copa, Marca decía que la tarjeta era dudosa en su avance de la noticia, pero en la noticia completa sólo anuncia que la roja marcó el partido y AS dice que la entrada era “merecedora de amarilla”. Como mi mente ya me obliga a rechazar cualquier tipo de opinión proveniente de estas fuentes (que para mí son solo de uso informativo) no hago sino clicar una y otra vez en el botón de refresh del blog de Martí, pero nada de nada: voy a tener que esperar un rato más mientras Martí maquina su noticia. Dada la ausencia de opiniones objetivas, tendré que desahogarme con ustedes.
Mi visión... mi confusa visión.
El partido que empezó en el minuto 0 se acabó en el momento que expulsaron a Ronaldinho. Los primeros minutos habían sido justamente lo esperado: el Barça venía con todo y era difícil que el Zaragoza se escapara. El Barça salió con el equipo perfecto y lo que íbamos a ver era un partido épico, un partido en el que el Barça se iba a comer seiscientos goles, pero igual iba a ganar 4 – 0, un partido en el que el Barça iba a demostrar a todos que sabía responder. La expulsión de Ronaldinho deja al equipo con diez jugadores y con una delantera desbalanceada, ya que no era fácil que alguien se lanzara por el medio pero tampoco se quería meter a Larsson (obviamente). De cualquier manera, Messi marca el 1 – 0 y empieza un partido nuevo, del que todos se preguntan si el Barça es capaz de ganar por dos goles con un jugador menos. A mí, personalmente, me parece que muy pocos equipos infunden auténtico terror estando dos goles por debajo y con uno menos. Peor aún si ese jugador menos es un jugador como Ronaldinho.
El segundo tiempo se perfilaba interesante. El Barça estaba sobre el campo sin Ronaldinho, Eto’o, Motta ni (disculpen por mencionarlo, pero no se puede olivdarlo) Xavi. AS dice “de triple corona, nada”, haciendo obvia referencia a que el Barça de principio de temporada tenía toda la pinta de que iba a ganarlo todo, pero el Barça que quedó sobre el terreno era el que las lesiones, los árbitros y los torneos mal planeados habían dejado sobrevivir. Ya quiero yo ver a algún equipo de Europa ganar 2-1 con uno menos con ese tipo de bajas. Señores, recuerden que estamos hablando del mejor jugador del mundo según los periodistas, los jugadores y los entrenadores, del mejor delantero del mundo según toda la gente con algo de sentido común y del mejor jugador español según Francisco Souki, y el que opine lo contrario que haga el ridículo argumentándolo. Aún así, el Zaragoza estaba en serio peligro de quedar fuera... ¿Qué tal?. De cualquier manera, el Zaragoza, que desde el minuto 1 le plantó cara al Barcelona, entendió que esta era la mejor oportunidad que iban a tener de sentenciarlo todo, y cumplieron. Oscar sacó un golazo de la nada y de repente el Barça chocó con un muro. La posesión de balón bajó de 70% a 62% a favor del Barça en unos diez o quince minutos (recuerden que esos números son con un hombre menos) y el Barça se perdió en un limbo momentáneo. El intento de revulsivo vino en forma de Larsson y de Van Bommel, pero los últimos minutos no fueron más que un despelote en el que nadie estaba muy seguro de qué estaba pasando. El 2 – 1 vino en el segundo minuto de descuento, y todavía se podía soñar: quedaba un minuto y medio para intentar el empate. Se perdió un minuto entre balones perdidos y posesión del Zaragoza y, cuando faltaban treinta segundos... el árbitro pitó. “¡¿Verdad que sería finísimo clasificar con un gol en el útlimo minuto?!... bueno, no me da la gana” dijo el árbitro y así fue. Aplausos para todos y marcadores idénticos a los de la eliminatoria pasada con el Chelsea.
No sé si el Barça hizo buen juego o mal juego, en parte porque el que jugó no fue el Barça y en parte porque estoy demasiado picado para decirlo. De cualquier manera, quiero que nos toque el Zaragoza en la Copa del año que viene, así como quise que me tocara el Chelsea este año.
Ah, y ya no estamos en las tres competencias, aunque el Madrid sí... ¡¿Qué problema no?!.
Por cierto, Cocu acaba de marcar de nuevo... ¡De chilena!.
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