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La gente se refiere a Diego Armando Maradona con el seudónimo de Dios, porque es el ídolo más grande del fútbol argentino, y ocupa junto con Gardel, Evita Perón, y más recientemente Charly García, el equipo de santos urbanos que pueblan el imaginario colectivo no tan imaginario de los argentinos. Sin embargo, cabe destacar que lo de "Dios" es simplemente un seudónimo... ¿o no? Primero, esto:

Yo pensaba que Maradona iba a morir e iba a devenir un decenio de luto argentino, pero agarró, nos mantuvo en suspenso, y ahora tiene el semblante de hace unos siete u ocho años. Pero hay algo que nos hace considerar que el seudónimo no sea tal, sino un símil. Maradona es como Dios en cuanto a omnipresencia. Es una locura. El tipo está en La noche del 10, reventando records de audiencia todas las semanas, estuvo en un reality de baile en Italia hasta hace poco, está de dirigente en Boca Juniors, estuvo en Cuba entrevistándose con Fidel Castro, está en la contra-cumbre de las Américas, cuyo objetivo primordial es condenar la presencia de Bush en suelo platense, y ahora, para más, es muy probable que forme parte del organigrama técnico de la selección argentina, a pesar de que desde Cuba había considerado la posibilidad como remota, al considerar que para estar en un puesto decorativo en la selección de manera intrusiva en los planes de Pékerman, era mejor quedarse a un lado. Hoy admite que está "en la iglesia el novio, y la novia está por llegar al casamiento". Julio Grondona, máximo dirigente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), ha afirmado que "por los conocimientos que posee, con sólo estar, ya ayuda". Así que Diego está en todos lados, aunque lo más probable no es que sea omnipresente, como Dios, sino que antes no podía estar en todos lados porque le resultaba un esfuerzo físico imposible (miren el "antes" de la foto por si a alguien le cabe alguna duda). Ahora que se parece a aquél de Newell´s y al de la segunda etapa en Boca, anda por todo el planeta haciendo de todo. Aunque lo más probable es que todo esto demuestre que la mayoría de esos cargos en los organigramas son decorativos, y quizá hasta el de Macri (presidente del Club Atlético Boca Juniors), que ahora anda más en política que en los despachos del club azul y oro.