Estás viejo, Roberto.
Francisco Souki.Hace más de dos años, en el año 2003, Fernando Hierro vivió, contra la Juventus, el partido que lo sacó definitivamente del Madrid. En ese momento, Del Piero le sacó de la cintura un “¡crack!” que lo dejó arrodillado en el piso, como pidiendo perdón a la afición madridista por el gol que era por su culpa, por su culpa, por su gran culpa. Ese día fue el día en el que todos los ciegos que no querían ver el desgaste general del defensa se convencieron de que era el momento de decir adiós. Y así fue... al final de la temporada, “gracias por todo y que te vaya bonito”. Ayer, podría haber pasado exactamente lo mismo a Roberto Carlos.
Por supuesto, las situaciones son diferentes. La salida de Hierro fue el principio del fin para el Madrid (en parte porque lo sacaron muy feo, sin respeto alguno) y su avería final llegó cuando el Madrid estaba empezando a decaer, lentamente. A diferencia de eso, la decadencia de Roberto Carlos se empieza a hacer requeterecontraevidente (porque evidente ya era desde hace rato) en un momento en el que el Madrid está mal, pero que muy mal. Este es un momento en el que la línea de fondo del Madrid no tiene forma y en la que Roberto Carlos es sencillamente otro desbaratado más. Pero basta comparar a Roberto Carlos con aquel lateral izquierdo calvito que subía y bajaba como un demonio, que tenía piernas para todo el partido (y rara vez las tenía abiertas, como ayer), que siempre tenía una picardía natural y que se la pasaba charlando con el árbitro, con esa cara de “somos panitas ¿no?” que tanto odio. Roberto Carlos es apenas la sombra de lo que fue alguna vez y no sería titular en cualquier otro equipo fuerte de Europa.
Ayer, Carew se inventó uno de esos goles incoherentes que tanto le gustan y se burló en su cara. Hay que verle la cara a eso. Imaginen la frase “Carew le hizo un gol de taco y de caño a Roberto Carlos” pronunciada hace 3 años. La reacción lógica habría sido “Te creo que a Hierro... ¿Pero a Roberto Carlos?”. Estás viejo, Roberto. Eres el Hierro de este Madrid. Levanta la mirada y mira hacia la otra banda: ya viene Cicinho por Míchel... el próximo vendrá por ti.
Por supuesto, las situaciones son diferentes. La salida de Hierro fue el principio del fin para el Madrid (en parte porque lo sacaron muy feo, sin respeto alguno) y su avería final llegó cuando el Madrid estaba empezando a decaer, lentamente. A diferencia de eso, la decadencia de Roberto Carlos se empieza a hacer requeterecontraevidente (porque evidente ya era desde hace rato) en un momento en el que el Madrid está mal, pero que muy mal. Este es un momento en el que la línea de fondo del Madrid no tiene forma y en la que Roberto Carlos es sencillamente otro desbaratado más. Pero basta comparar a Roberto Carlos con aquel lateral izquierdo calvito que subía y bajaba como un demonio, que tenía piernas para todo el partido (y rara vez las tenía abiertas, como ayer), que siempre tenía una picardía natural y que se la pasaba charlando con el árbitro, con esa cara de “somos panitas ¿no?” que tanto odio. Roberto Carlos es apenas la sombra de lo que fue alguna vez y no sería titular en cualquier otro equipo fuerte de Europa.
Ayer, Carew se inventó uno de esos goles incoherentes que tanto le gustan y se burló en su cara. Hay que verle la cara a eso. Imaginen la frase “Carew le hizo un gol de taco y de caño a Roberto Carlos” pronunciada hace 3 años. La reacción lógica habría sido “Te creo que a Hierro... ¿Pero a Roberto Carlos?”. Estás viejo, Roberto. Eres el Hierro de este Madrid. Levanta la mirada y mira hacia la otra banda: ya viene Cicinho por Míchel... el próximo vendrá por ti.
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