Las dos caras de la moneda
Francisco Souki
Este fin de semana se jugaron muchos juegos internacionales entre selecciones. Algunos representaban las últimas oportunidades de clasificar al Mundial para equipos veteranos, conocidos o debutantes y otros, mucho más relajados pero a la vez muy interesantes, fueron amistosos que le dieron color a una jornada que tuvo de todo. Y son precisamente dos de esos amistosos los que quiero comentar.
Inglaterra – Argentina en Tierra Neutral
Inglaterra y Argentina dieron a conocer lo que tienen en la tierra más neutral de todas las tierras neutrales: Suiza. Es cierto que hubo muchos más ingleses que argentinos en las tribunas (porque Suiza queda como que... más cerca de Inglaterra) pero aún así clasificaba como tierra neutral, así que todos se podían concentrar en jugar sin que el público se metiera demasiado, condiciones perfectas para este juego particular.
Desde que los jugadores estaban en el túnel se olía esa barrera de respeto, odio, resentimiento y muchas otras cosas que los separaba. Salvo algún saludo entre Crespo y Terry, ninguno miraba al otro a los ojos. Tensión, los himnos, la moneda y a jugar. Empezaba el juego y ya no había tiempo para respiros, era un eterno vaivén en el que cualquiera cobraba posesión por algún tiempo que podía ser largo, mediano o corto pero que siempre terminaba para convertirse en monólogo del equipo contrario. Y así una y otra y otra vez. Puro fútbol.
En eso se pasó todo el juego. Un espectáculo gigantesco que dio a cada quien un gol anulado y que hasta el minuto ochenta y tanto había dado a Argentina dos goles, por uno de Inglaterra. Y luego, final de estruendo: dos goles de Owen y Argentina a guardar. Punto y final y se acabó la guagua. La verdad verdadera es que fue un partido digno de una final de un Mundial de fútbol. Ambas selecciones mostraron un nivel demasiado alto y dejaron a todos pensando en que si mantienen el nivel pueden llegar fácil a la final... y si lo suben ay mamá.
Argentina e Inglaterra demostraron tener mucho nivel ¿Pero será suficiente?
De jugadores puntuales no quiero hablar mucho, porque lo que me interesaba decir era que los dos equipos están a tono. De todas maneras, hay que aplaudir cuando la gente se lo merece. Primero, los dos porteros excelentes, pero Robinson se lleva el premio a “sin mí perdíamos”, por lejos. Por Argentina, Riquelme brilló mucho más que cualquier otro, con una actuación excelente, aunque mucho más agresiva que omnipresente. También los dos centrales... claro, antes del descalabro (del que se salvó Ayala que había salido cambiado). Por Inglaterra me encantó Rooney, que le da un toquecito mágico al equipo y que cuando está concentrado parece más veterano que joven desenfrenado. Soberbio también Gerrard, con un pase rastrero de tres dedos al mejor estilo de FIFA 2002 que Rooney estrelló en el palo y luego descosiendo la banda derecha en el segundo tiempo. ¿Y Lampard? Le faltó puntería para ser el jugador del partido, pero nos enseñó a todos por qué es goleador de la Premier: tuvo por lo menos tres chances claras de marcar en un equipo donde los delanteros son Owen y Rooney... y están Gerrard y Joe Cole.
Solo me falta comentar a los seleccionadores para terminar de hablar de este espectacular partido. Y hay que comentarlos porque me parece que fueron ellos los que marcaron la diferencia. Marcó la diferencia que Pékerman se acordó de que estaba jugando un amistoso y sacó a Riquelme y Ayala, que tenían la llave del encuentro, y eso contribuyó inmensamente a que el carrito de Argentina se descalabrara al ver la señal de “Salida a 100 metros”. Eriksson hizo todo lo contrario y se olvidó de que era un amistoso, sacando a un lateral para poner a Crouch, que da tanta pero tanta risa que uno se olvida de que sirve de revulsivo y que arrastra todas las marcas del universo en un córner o un centro al área. Y luego, dos goles de cabeza... de Owen.
Francia – Alemania en París
Si Inglaterra y Argentina dieron a conocer lo que tienen para el Mundial, Francia y Alemania dieron a conocer lo que no tienen. Cada uno por sus razones particulares, los dos equipos mostraron que les queda mucho trabajo por hacer si quieren aspirar a algo en el Mundial. Saldaron con un 0 – 0 un juego complicado, en el que la pelota se perdía por ratos en el medio del campo y que, en general, no tuvo mucho sabor. Pero si uno logra ver un poco más allá del resultado, se puede tratar de analizar qué fue lo que pasó.
Francia extraña a Zidane...
Y ya están viejitos para la gracia.
Y ya están viejitos para la gracia.
Empecemos con Alemania. Lo voy a decir claro y lo voy a decir una sola vez: Alemania no tiene equipo. Está bien, sí tiene equipo (vieron, ya me arrepentí), pero no mucho. La alineación de Alemania parecía la de Holanda cuando Van Basten se pone creativo (demasiados nombres raros y de repente un monstruo conocido), con la diferencia de que Van Basten lo hace porque está loco o porque se quiere divertir o qué se yo por qué y Klinsmann lo hace porque no le queda otra. Todo empieza cuando te dicen que Lehmann es el 9 y crees que estás viendo la alineación al revés pero no, es así y no hay nada que hacer. Luego, nombres raros hasta que “¡ajá!” Deisler y Ballack y Schneider y “que fastidio”... Klose. Y es así, creo que Alemania (el país) haría una vaca de miles de millones de Euros para que Klinsmann jugara otra vez, aunque supongo que habrá alguno que otro que todavía crea que Klose es bueno, pero deben ser todos fanáticos del Werder Bremen.
Ahora que ya los convencí de que Alemania no tiene demasiado equipo (porque yo sería incapaz de decir que no tienen equipo) es que hay que pensar como Klinsmann: con ese equipo hay que hacer lo que se puede, y lo que se puede es intentar tejer una red en el medio campo lo suficientemente espesa como para que el contrario se enrede, pierda la pelota y, en algún momento de suerte, se pueda contraatacar (en lo que en verdad no sería un contraataque) y marcar. Ojo, no estoy justificando este planteamiento, porque de verdad que no me gusta ver a Alemania jugando así, pero para los jugadores que tienen disponibles es un planteamiento efectivo que contra Francia dio buenos resultados. Lo más probable es que con ese planteamiento le ganen al 75% de los equipos mundialistas (especialmente en casa, donde siempre te puedes agrandar si te provoca) y a un 20% de los restantes si ellos tienen un mal día y tú uno bueno. Ahora, a Brasil, Inglaterra o Argentina... ni pensarlo.
Rápidamente podemos puntualizar de Alemania a un Ballack que parece hacer todo el trabajo del mediocampo, subiendo, bajando, recuperando, dando los pases y de vez en cuando pegándole al arco o cabeceando. También un Schweinsteiger que por ratos brilla y que es el único alemán sobre la cancha que en algún momento podría llegar a pensar que tal vez sería buena idea intentar hacer alguito que parezca una gambeta.
Francia, por su parte, salió al campo a hacer el ridículo. Y tal vez estoy siendo un poco duro con ellos, pero es lo justo para una selección que a estas alturas de la vida sigue dependiendo de Zidane. Zidane es bueno, y alguna vez fue un astro, pero si algo debió haber aprendido Francia del Mundial pasado es que depender de él no lleva a nada bueno. A falta de Zidane y de Pires (que para mí es lo mejor que tiene Francia, después de Henry), Francia estaba divagando por la cancha sin mucha personalidad. Un Dhorauso (no me consta que se escriba así, pero así lo tiene Marca) errático por la banda nos hizo a todos mirar al banco buscando a Giuly, que siempre puede desequilibrar, pero que no estaba convocado. Henry se estrelló y se estrelló y se volvió a estrellar contra todos los alemanes que se le pusieron en el medio y Trezeguet se perdió en el limbo, lo cual me parece excelente porque yo apostaría por Cisse para esa posición. En el segundo tiempo, los cambios no sirvieron de mucho, excepto por Rothen, que entró para lanzar centros que no encontraron a nadie. En general, una Francia perdida que cae en el 75% de los equipos que no le hacen juego a Alemania.
Al final, los dos equipos demostraron que en este momento no tendrían mucho que buscar en un Mundial. Francia está perdido y es completamente posible que viajen por error al Mundial de Volley femenino y no se den cuenta hasta que estén en cuartos de final y a un set de pasar a semifinales, y Alemania es un equipo que no brilla, pero te opaca... a menos que los saques de ritmo. Y eso es algo que algunos por ahí pueden hacer.
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